Valladolid, Burgos y Salamanca aspiran al grueso del 'pastel' multimillonario del Corredor Atlántico
La semana que concluye ha sido un gran avance para los planes de la Junta de Castilla y león de sumar todas las fuerzas para crear “una sola voz” en el impulso del llamado Corredor Atlántico -Corredor Prioritario Europeo número 7-.
En un acto celebrado en Valladolid el pasado martes, el consejero de Fomento, el leonés Antonio Silván, celebró las nuevas incorporaciones al Grupo de Interés que aspira a beneficiarse de manera prioritaria de los 8.000 millones de euros que Europa podría otorgar para convertir el eje que va de Portugal al continente, pasando por Salamanca, Valladolid, Palencia y Burgos, en el epicentro del enorme 'pastel' del transporte. En esa planificación, sin la autovía León-Bragança ejecutada ni proyectada, la provincia de León queda totalmente al margen en el transporte por carretera y muy alejado de ese epicentro en materia ferroviaria.
Al acto acudieron muchos de los grandes beneficiados de los acuerdos impulsados por la Junta de Castilla y León, con apoyo de Portugal, Galicia y Asturias. No faltaron los alcaldes de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, de Burgos, Javier Lacalle, y de Valladolid, Javier León de la Riva. Todos insistieron de manera reiterada en la importancia de presentar “una sola voz” ante Europa para que la ingente lluvia de millones de Bruselas les permita acometer importantes infraestructuras logísticas.
Los planes de Valladolid para apuntalar su futuro
En concreto, el regidor de Valladolid reiteró que con lo que corresponda a esa ciudad, este Ayuntamiento pretende impulsar y apuntalar en la localidad del Pisuerga los principales proyectos que le conviertan en la capital del transporte y las mercancías de todo el noroeste. En esta planificación entra, por ejemplo, el polémico Parque Agroalimentario para todo el Noroeste a cuyo apoyo ya se comprometió Silván en vísperas de las elecciones de 2011. Pero no sólo el gran centro logístico de un sector en el que León tiene un importante peso específico, sino también la Terminal Ferroviaria Multimodal, el enclave Cylog de transportes, el futuro Puerto Seco de Valladolid o la 'Última Milla Verde'.
El regidor de Burgos, Lacalle, también sacó pecho en esta cita, recordando que con su incorporación Burgos será en un futuro no muy lejano un centro logístico “más potente”, gracias a la ampliación del puerto seco de Villafría.
Silencio del colectivo empresarial leonés
El apoyo empresarial en esas provincias beneficiadas por los planes del Gobierno autonómico es total, porque son muy cuantiosos los beneficios económicos de la posible llegada de 8.000 de los 23.000 que la Unión Europea destinará muy pronto al desarrollo de los Corredores Europeos. Mientras, cabe recordar que la Junta cuenta también con el apoyo sin fisuras de los sindicatos UGT y CCOO e incluso el PSOE de Castilla y león ha arropado a la Junta en sus planes, a través de una reciente aprobación en las Cortes de Castilla y León que, sorprendentemente, también fue votada a favor por los parlamentarios de la provincia leonesa.
Mientras crece la presión en el eje Salamanca-Valladolid-Palencia-Burgos, en León no ha habido ninguna voz de colectivos empresariales, ni de la FELE ni del CEL ni de la Cámara de Comercio, reclamando igualdad de trato para la provincia, que corre el riesgo de quedar totalmente al margen de las inversiones y del futuro del impulso logístico que lloverá sobre el resto de Castilla y León abriendo sus puertas a Portugal y el corazón de Europa.
La salida 'barata' por la Autopista del Mar de Gijón
Tan sólo, la Asociación León-Bragança sigue insistiendo en la urgencia y necesidad de esta autovía, para situar a León como centro de la ruta hacia Europa que los datos indican que es más directa, menos costosa y más rápida, y que permitiría que por la provincia pasasen las mercancías portuguesas hacia Europa aprovechando el trayecto hacia el puerto de Gijón, en el que ya existe una 'Autopista del Mar', por la que el último año han circulado 18.000 camiones, que se evitan recorrer 900 kilómetros más por carretera, rebajando el tiempo en un 50% para llegar a centroeuropa, consumiendo más gasóleo y pagando peajes que la asociación considera de “un coste muy superior al del transporte por barco”.
