¿Qué valor tiene, en euros, el riesgo de invertir en una empresa?

Foto Niekverlaan  en Pixabay.com

Javier Pérez

Lo de asumir riesgos no está de moda. Por ejemplo, si en vez de opositar quieres poner tu empresa, te arriesgues a que te llamen explotador, empresaurio, o cosas peores.

Y no hablo de unicornios, ¿eh? Se supone que lo significativo es lo mayoritario, al menos a este nivel. Hablo de empresas a pie de calle. Hablo de mi colega y yo, poniendo una tienda, o creando un pequeño producto con intención de venderlo primero en España y luego donde podamos. Quien venga aquí a leer un tratado sobre los rescates de la banca, los mamoneos de los políticos o los abusos de nuestro sistema, se ha equivocado de lugar.

Si mi amigo y yo queremos emprender ese negocio, de alguna manera habrá que valorar el riesgo, ¿no os parece? Podemos intentarlo incluso desde el punto de vista marxista; no hay inconveniente.

En nuestro proyecto va a haber gente que va a poner su trabajo, y gente que va a poner pasta primero, y luego su trabajo. Según Marx, lo que el capital se lleva de los trabajadores, la diferencia entre lo que les paga y lo que obtiene de ellos, es una especie de atraco, una plusvalía injusta. Vale.

Pero entonces, ¿cómo hacemos? ¿Quien va a poner el dinero o el aval? El banco pasa de nosotros, porque es una idea sólo medio novedosa y sólo medio tradicional. ¿Quién va a poner el dinero para empezar y quién va a asumir el riesgo? ¿Qué valor se le da a ese riesgo? Y si estoy discutiendo el asunto con mis amigos, o futuros socios, espero una respuesta que se pueda escribir en una calculadora, no en ocho folios.

El factor trabajo está claro cómo se paga: se acuerdan unas horas y unos salarios, y las personas que trabajen esas horas, cobran esos salarios, nos vaya bien, mal, o regular. ¿Y el riesgo de poner un dinero que no sabes si recuperarás o no? ¿Cómo se retribuye? Porque está claro que el riesgo tiene un valor económico, y de hecho, de eso viven las compañías de seguros: de calcularlo hasta el extremo, tasarlo, y cobrar una prima por cubrirlo.

Si tengo ahorros, ¿qué me tienen que ofrecer mis compañeros para que, además de mi trabajo (igual al suyo) ponga el cincuenta por ciento de todo lo que cuesta nuestro proyecto?

Somos cinco. ¿Alguna idea?

El problema, y más en León, está en que no, en que no hay ninguna idea: que si pierdes dinero despiertas risillas y si lo ganas eres un cabrón que explota a los demás.

Así que lo suyo es largarse con cualquier cosa de valor que no esté clavada al suelo, y que le den por culo a esta tierra.

Y así nos va como nos va.

___Javier Pérez es un escritor leonés que ha ganado, entre varios, el premio Azorín en 2006 con La Crin de Damocles y ha publicado 16 libros. El último: Catálogo informal de todos los Papas en 2021.

La Crin de DamoclesCatálogo informal de todos los Papas

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