Bierzo Aire Limpio alerta al Ministerio sobre la escasez de agua en el embalse de Bárcena

Embalse de Bárcena en agosto de 2022.

En un escrito dirigido al Ministerio para la Transición Ecológica la ONG Bierzo Aire Limpio alerta del grave riesgo de escasez de agua en el Embalse de Bárcena y pide a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil “la revocación urgente de la concesión de agua pública del Embalse de Bárcena para uso industrial, otorgada a Forestalia en 2019”.

“Estamos ante una situación de emergencia climática en la que el agua no puede ser considerada como parte de un negocio: es un bien público de primera necesidad, indispensable”, afirma Bierzo Aire Limpio, “Según los últimos datos del Boletín Hidrológico del propio Ministerio, la cuenca Miño-Sil está al 49,2% de su capacidad, frente al 77,7 (media de los últimos 5 años)”.

“Es incuestionable que en estos momentos las reservas de agua embalsada en España para abastecimiento humano y riego están por debajo del 38%, los peores datos en dos décadas. Y esto sin tener en cuenta que —como afirma el reciente informe de Greenpeace—, por debajo del 5-10%, el agua almacenada en un embalse no es utilizable o extraíble, por lo que el agua utilizable en el Embalse de Bárcena estaría ya por debajo del 50%”, afirman en su comunicado.

La ONG considera que estos datos (correspondientes a los primeros días de agosto, sin haber comenzado el estiaje ni el otoño, que se prevé muy seco) “debieran encender todas las luces de alarma”. Para Bierzo Aire Limpio, la primera de ellas debería ser revisar y revocar la concesión a Forestalia: “Una concesión de agua pública que en estos momentos pone en riesgo el agua potable de más de 100.000 personas de la ciudad de Ponferrada y otras poblaciones del Bierzo, cuyas redes de agua se abastecen en el Embalse de Bárcena. Además, compromete los regadíos del Canal Alto y Bajo del Bierzo, fuente principal e indispensable de la producción agrícola y frutífera de la comarca”.

“La concesión otorgada por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil a Forestalia”, prosigue Aire Limpio, “es desproporcionada y contraria a los más elementales principios de sostenibilidad ecológica. Permite el uso industrial de un millón setecientos mil metros cúbicos de agua de Bárcena al año, por un plazo de 20 años. Para colmo, la concesión es lineal durante los doce meses; es decir, autoriza los mismos litros en enero que en agosto: 66,94 litros por segundo los doce meses, ignorando cualquier prudencia o criterio de estacionalidad”.

El agua es un derecho, no un negocio

Bierzo Aire Limpio recuerda al Ministerio para la Transición Ecológica que la licencia y declaración ambiental concedidas a Forestalia están pendientes de revisión ante los Tribunales y cuestiona el modelo de la incineradora de biomasa prevista en Cubillos: “El informe de ISTAS sobre Transición ecológica en la provincia de León afirma que el apoyo público debe condicionarse en todo caso a plantas de alrededor de 20 megavatios (MW) para asegurar su viabilidad económica, con aprovisionamiento cercano de biomasa, y sin comprometer otras funciones ecológicas y económicas del territorio”.

La ONG afirma que la planta de Forestalia es de 49,9 MW, más del doble de la potencia recomendada y sostenible; y se prevé que consumirá 280.000 toneladas anuales de biomasa presuntamente forestal, lo cual compromete las funciones ecológicas y económicas del Bierzo.

“Esos 1.788.016 metros cúbicos de agua pública graciosamente privatizados a favor de Forestalia son vitales para garantizar el suministro a más de cien mil ciudadanos y ciudadanas del Bierzo; para garantizar el riego del que dependen los cultivos de miles de familias bercianas; y para garantizar el mínimo caudal ecológico del Sil y su cuenca; todos ellos asuntos prioritarios y de vital importancia, sobre los que ese Ministerio está obligado a despejar cualquier eventual amenaza”.

“En consecuencia”, finaliza Bierzo Aire Limpio, “trasladamos esta preocupación al Ministerio para la Transición Ecológica y a toda la opinión pública berciana, en la convicción de que no se puede comprometer la vida de las personas, dependiente del respeto a la naturaleza, por tolerar a una empresa como Forestalia, cuyos beneficios sociales son más que cuestionables. El agua es un derecho, no un negocio”.

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