Fallece a los 90 años el escultor salmantino Ángel Mateos Bernal

El escultor salmantino Ángel Mateos Bernal en el Museo del Hormigón.

Agencia ICAL

El escultor salmantino Ángel Mateos Bernal falleció este viernes en Salamanca los 90 años. Nacido en Villavieja de Yeltes en 1931, Mateos estaba especializado en el uso del hormigón como material para el desarrollo de sus obras. De hecho, fue el creador del popular Museo del Hormigón, ubicado en Doñinos de Salamanca, que lleva su nombre y aglutina gran parte de su legado.

Ángel Mateos nació en el seno de una familia de canteros constructores, oficio en el que trabajó desde muy joven y que le permitió conocer los secretos del material que identifica su obra, el hormigón. Estudió Bellas Artes en Sevilla y Madrid, donde asistió a la Escuela de San Fernando, aunque pronto se trasladó a Vitugudino, donde instaló un modesto taller.

Obtuvo varios premios que marcaron el inicio de su carrera artística, como el XXXVII Salón de Otoño de Madrid en 1966 y el Premio de Investigación en las Artes Plásticas en 1979, entre otros, aunque fue en la década de los 80 cuando alcanzó su plena madurez creadora.

En la trayectoria de Ángel Mateos se puede distinguir una primera etapa más figurativa, que llevó a cabo en los años 60, aunque después se inclinó por obras más abstractas. A partir de 1970 quiso buscar un material que reflejara su pensamiento artístico y su escultura. En la época de la abstracción comenzó a trabajar con el hormigón encofrado, aunque antes hizo algunas obras en cemento. Entre su legado destacan las series espaciales y los dólmenes.

Algunas de sus obras están repartidas por la geografía española o en manos de particulares. En Villavieja de Yeltes, su localidad natal, está una de sus creaciones favoritas, Obelisco, que también es una de las de mayor tamaño, aunque superada cinco años después, en 1999, por la que instaló como conmemoración al IV Centenario de Valladolid, y que se ubica en la avenida de Salamanca frente a la Feria de Muestras de la capital vallisoletana. A los Monolitos en El Cubo de Don Sancho, el Prisma VIII que luce en la carretera de Berodia, en Asturias, o los Dólmenes de Lumbrales, se suman los Grandes menhires en Zamora.

Ya en su retiro, la Junta de Castilla y León reconoció su trayectoria profesional y su aportación al arte, con su “obra independiente, de gran personalidad y fuerza expresiva”, y le concedió el Premio Castilla y León de las Artes en 2008.

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